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Un mes turbulento para la oposición


Representantes de las delegaciones venezolanas, de México y Noruega posan con el acuerdo de entendimiento firmado el pasado 13 de agosto de 2021. (CNN en Español)

Septiembre ha sido verdaderamente un mes atroz para la oposición venezolana, a tan pocos meses de unas elecciones de gobernadores y alcaldes y en medio de un proceso de negociación política, la oposición continúa dando una imagen fracturada que solo parece complicarse.



Los activos extranjeros y las discusiones en México


El pasado 6 de septiembre de 2021, la Superintendencia de Sociedades de Colombia anunció que tomarían control de las actividades comerciales de la productora de fertilizantes Monómeros Colombo Venezolanos, S.A., empresa constituida en Colombia, subsidiaria de Pequiven y por ende bajo el control del Estado Venezolano. El político opositor Juan Guaidó declaró que no hay nada de qué preocuparse, los activos de Venezuela en el extranjero están protegidos por “aliados”, haciendo referencia a Colombia y los Estados Unidos.


La semana pasada, el 13 de septiembre, se filtró una carta emanada de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento de Tesorería de los Estados Unidos en la cual se indica que la OFAC contemplará permitir la venta de las acciones de CITGO el año que viene cuando finalice el mandato del “gobierno interino”, algo que se encuentra en contraposición a los comentarios anteriores de Guaidó.


Todo esto generó una nueva crisis con la que debe lidiar el régimen de Nicolás Maduro y la oposición venezolana. Por un lado, Maduro ve a Monómeros alejarse más de su control y teme la pérdida de CITGO, mientras que la oposición termina tropezándose sobre si misma y se encuentra ante el mismo riesgo de perder CITGO y quizás el apoyo de EE.UU. Nada de esto ha ayudado a mejorar la imagen de la oposición venezolana que viene de un mes muy duro y probablemente solo puede esperar mayores dificultades.


El gobierno de Maduro respondió por medio de un comunicado oficial en el cual denuncian a la oposición de no mantener sus promesas acordadas el 13 de agosto en México por medio de un memorando de entendimiento donde, entre otras cosas, se acordó la defensa de los activos de la nación. Por su parte, los dos partidos políticos con mayor influencia en la oposición, Voluntad Popular y Primero Justicia, emitieron sus propios comunicados sobre la situación de Monómeros en los cuales no pudieron evitar pelearse públicamente.


Voluntad Popular declaró su agradecimiento con el gobierno de Colombia por su intervención de Monómeros, y dejaron claro su apoyo a la postura pública de Juan Guaidó quien militó en Voluntad Popular antes de “renunciar” al partido en enero de 2020 como mera formalidad política. Del otro lado, Primero Justicia indicó que ellos no están de acuerdo con ejercer funciones de control sobre los activos de Venezuela en el extranjero, anunciando también que dicha responsabilidad “ha sido cuestionada por todos los partidos de la Unidad; exceptuando el partido político Voluntad Popular donde milita Juan Guaidó…”.


No soy de aquellos que creen que los partidos de la Unidad deben mentir para verse “unidos”, y tampoco es lo que quiero, los líderes de estos partidos tomaron la responsabilidad de construir la unidad y estos sucesos son más prueba de que aún parece faltar bastante para alcanzar el más básico objetivo del compromiso que han asumido.



Las elecciones de noviembre


Todo esto sucede mientras la oposición se enfrenta a elecciones en noviembre de este año y aquí el desastre es verdaderamente multifacético.


Primero, parece obvio que si hay elecciones de gobernadores y alcaldes a unos meses del comienzo de un proceso de negociación político entonces dichas elecciones serán parte de la negociación. Quizás estoy equivocado al pensar que eso sería un punto importante a discutir pero bueno, esto podría excusarse diciendo que las negociaciones no son unilaterales y por ello se requiere que la contraparte también quiera negociar el mismo punto y quizás el chavismo simplemente se opuso.


Por esa ausencia de discusión sobre las elecciones aún no quedaba claro al principio de septiembre si la Unidad se iba a medir en la contienda. Ya en agosto se sabía que los partidos de la llamada “Alianza Democrática” estarían participando. Aunque la Alianza carga con grandes dudas considerando que integrantes como Acción Democrática fueron intervenidos por el Tribunal Supremo de Justicia y la Asamblea Nacional Constituyente a mediados del año pasado, situación que persiste a este día. A modo de anécdota, este Acción Democrática intervenido por el TSJ y la ANC recientemente pasó a ocupar la casilla del tarjetón electoral que una vez ocupó la Mesa de la Unidad Democrática en algo que parece sacado de una tragedia griega.


Del lado de la Unidad, hay dos controversias que valen la pena mencionar y que se podían resolver de la misma forma. Primero: la contienda entre Carlos Ocariz y David Uzcátegui por la candidatura unitaria a la gobernación de Miranda, y; segundo: la situación de la candidatura a la Alcaldía del Municipio Libertador.


Según las declaraciones que dieron ambos Ocariz y Uzcátegui en torno a este conflicto, los políticos habían acordado llevar a cabo cuatro encuestas presentando 12 preguntas al electorado mirandino, el ganador en 7 o más preguntas sería el candidato de la Unidad, suena sencillo. El resultado fue que ambos declararon victoria y ninguno mostró los números. Hasta el día en que se escribe esto, aún no se ha resuelto este problema.


La situación en Libertador es quizás más interesante.


Roberto Patiño, militante de Primero Justicia y trabajador social por medio de las organizaciones Caracas Mi Convive y Alimenta la Solidaridad, anunció sus aspiraciones a la Alcaldía del Municipio Libertador el pasado mes de agosto con lo cual comenzó formalmente su campaña política como precandidato. Patiño gozó de clara popularidad en Caracas, algo que se evidenció de sus múltiples recorridos por las calles de las urbanizaciones y barrios de la ciudad. Pero sus aspiraciones fueron cortadas (de forma pública) el pasado 11 de septiembre cuando la Unidad anunció a Tomás Guanipa, cofundador y actual Secretario General del partido Primero Justicia, como el candidato unitario a la Alcaldía de Libertador quien tendrá que medirse ante la candidata del PSUV Carmen Meléndez, Ministra de Interior y Justicia y encargada de la Operación Gran Cacique Indio Guaicaipuro en la Cota 905.


De inmediato fue visible el descontento.


Quizás lo más grave de ambos conflictos es que hubiesen sido evitados de una forma: elecciones primarias.


¿Por qué no hubo primarias?


El politólogo Nicmer Evans había asomado la idea en julio de este año, pero al final no se llevaron a cabo elecciones primarias generales entre los partidos de la oposición. Hubo primarias de Acción Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo en seis municipios del Estado Zulia el pasado 19 de septiembre. ¿Pero por qué no Miranda, Caracas o el resto del país?


El PSUV tuvo primarias, pero la llamada Unidad Democrática no. Ciertamente las elecciones primarias abiertas del PSUV contaron con problemas e irregularidades, como la violencia e intimidación denunciada por la Comuna El Maizal en el Municipio Simón Planas en el Estado Lara, pero por lo menos pueden decir que las tuvieron. ¿Qué teme la oposición? O más bien, ¿qué teme el liderazgo? Sea cual sea la respuesta, esto solo los hace más débiles.



Lo que queda de mes


Todo esto y el mes aún no concluye. Queda una segunda ronda de discusiones en México que comenzó el pasado sábado 25 de septiembre, tras un retraso ocurrido el viernes, y cuyo primer punto a discutir es el “Respeto del Estado Constitucional de Derecho”, algo que sin duda hay que debatir pero que no veo progresando muy bien debido a que el texto de la Constitución no favorece mucho a ninguno de los dos “gobiernos” presentes.


Ha sido un mes rudo sin duda para los políticos de oposición, pero más allá de eso ha sido difícil para los ciudadanos venezolanos que deben seguir viendo a una oposición desarmada que, en su estado actual, parece ser un obstáculo más en vez de una solución.

 

Luis Gonzalez es un abogado graduado en la Universidad Católica Andrés Bello (Caracas, Venezuela), actualmente ejerce el derecho en el sector privado y es fundador y co-editor de The Explorer. Puedes encontrarlo en Twitter en @lagm96.








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