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Las víctimas de violencia sexual no están solas en Venezuela



No han pasado dos semanas desde que las redes sociales venezolanas explotaron con acusaciones y testimonios sobre situaciones de acoso y abuso sexual. Podríamos decir que las recientes denuncias públicas comenzaron con los testimonios presentados sobre Alejandro Sojo en Twitter que fueron luego recolectados y publicados por una cuenta en Instagram. Poco a poco ambas redes sociales se empezaron a llenar de publicaciones de mujeres y hombres que presentaban sus historias de abuso sexual. Uno de los testimonios que más repercusiones tuvo es probablemente aquel presentado por la usuaria anónima “Pía” contra el escritor Willy McKey, quien tras aceptar su responsabilidad, ser rechazado por sus pares y perder sus conexiones laborales se quitó la vida lanzándose desde un 9no piso en Buenos Aires.


Para muchos, esta ola de testimonios no habrá sido más que un “evento” o una tendencia en redes sociales. Pero para las víctimas (aquellas que contaron sus experiencias y las que permanecen en silencio) es una realidad con la que deben vivir y lidiar. El camino es duro, y para muchos podrá sentirse como una batalla en la que se encuentran solos. A pesar de los, a veces abrumadores, sentimientos ninguna víctima está sola. No solo por el apoyo que podrán recibir de sus familiares, amigos y personas cercanas, pero también de las organizaciones no gubernamentales (ONGs) que se dedican a la protección y el apoyo de las víctimas de crímenes sexuales.


Lo que escribo hoy no será sobre los testimonios de las víctimas, pues ellas conocen sus historias mucho más que yo, tampoco será sobre los abusadores y acusados. En vez, esto será sobre aquellas organizaciones, las cuales se enfrentan actualmente a un contexto social muy complicado por la postura que el gobierno de Nicolás Maduro ha tomado en torno a las ONGs.

No es secreto para nadie la gran cantidad de casos de abuso sexual que podemos observar en Caracas, puede ser que a muchos les incomode hablar al respecto, pero juzgando por las reacciones públicas en redes sociales y los medios de comunicación, pareciera que demasiados han sufrido o conocen a alguien que ha sido víctima a manos de otro. Para tratar de entender a mayor profundidad la percepción pública sobre las organizaciones de apoyo y protección a las víctimas de crímenes sexuales, The Explorer realizó una encuesta que distribuyó por medio de sus redes sociales. Las respuestas de los usuarios revelaron algo que habíamos sospechado: una mayoría de las víctimas de crímenes sexuales conocen de la existencia de organizaciones que pueden apoyarlas, sin embargo, no interactúan con ellas.


Esto no es un ataque a las ONGs, y menos un ataque a las víctimas. Mi propósito es resaltar que ninguna víctima está sola y que pareciera existir alguna aversión hacia entrar en contacto directo con estas organizaciones.


De los respondientes, el 86.7% ha sido víctima de acoso, abuso, o violación. De la totalidad de los respondientes, fue bueno saber que una gran mayoría (el 78.9%) conoce de alguna o varias organizaciones de apoyo y protección, sin embargo, solo el 5.6% ha interactuado de forma directa con una de ellas. Ninguna de las víctimas que respondieron nuestra encuesta ha denunciado lo que les sucedió por la vía formal ante el Ministerio Público, y solo el 53.8% ha contado su experiencia por alguna vía pública, ya sea esta amigos cercanos, familiares o por medio de las redes sociales.


Algunas personas nos escribieron para contarnos las razones por las cuales se abstuvieron de realizar una denuncia por cualquiera de las vías: “Por sentir pena, por evitar consecuencias sociales, por saber que no iba a pasar nada”, “Miedo” y “Al principio pensé que lo estaba magnificando en mi mente” fueron unas cuantas de las respuestas que recibimos.


Aquel miedo de hablar públicamente sobre una experiencia como lo es el acoso o abuso sexual, la culpa y la sensación que nada pasará aunque se denuncie no parecen ser sentimientos aislados, según me contó Estefanía Reyes, periodista y Coordinadora de Proyecto Mujeres. Proyecto Mujeres es una fundación venezolana establecida en 2015 cuyo objetivo principal es “combatir, desde frentes cotidianos, las desigualdades y estereotipos de género que sufren las niñas y mujeres jóvenes de nuestra región”.


Reyes también me indicó que “la violencia basada en género [es] una constante cotidiana para las mujeres y las niñas”, y que en Venezuela es muy difícil que una víctima obtenga justicia debido a la falta de transparencia por parte de las autoridades del Estado. El problema de la transparencia contribuye a que solo una porción muy baja de víctimas denuncien por medio de la vía formal. Algo que resaltó de nuestra interacción por medio de correos electrónicos fueron sus comentarios respecto a las denuncias por vía pública: “Tampoco son tan comunes como mucho[s] podrían pensar. Probablemente, por cada mujer que rompe el silencio, dos o más no se atreven a hablar porque hacerlo conlleva consecuencias que muchas no están preparadas para afrontar”.


La búsqueda de apoyo psicológico fue la recomendación principal que me dejó Reyes para las víctimas. Es bien conocido que las personas que buscan asistencia psicológica se enfrentan en gran parte al estigma de hacerlo, aunado a los posibles gastos en los cuales se incurrirá. Pero en Venezuela existen organizaciones como la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (AVESA) quienes cuentan con un servicio que han denominado “Línea Psicoapoyo por Nosotras”. Descrito por AVESA, es un “servicio de ayuda psicológica para víctimas de violencia, para mujeres en riesgo de sufrirla y para familiares y amistades que quieran ayudarlas”. AVESA presta el servicio de forma completamente anónima y a distancia, con el único costo siendo aquel que incurra la persona por razones de gastos telefónicos. (La Línea Psicoapoyo por Nosotras puede ser contactada de martes a sábado, entre 8:00am y 8:00pm por medio del siguiente número: 0424-165-9742)


El equipo de AVESA coincidió con Reyes en cuanto a la falta de transparencia presentada por los organismos de seguridad y justicia en Venezuela. En un estudio que la organización llevó a cabo entrevistando a 225 mujeres en noviembre de 2020 en el Distrito Capital y Miranda, encontraron que las razones más comunes por las cuales las víctimas evitan denunciar por la vía formal son: “la desconfianza en estas instituciones… seguida de la apreciación de que el servicio es de baja calidad y que no resolverían el caso, otras mujeres plantean que no conocen el procedimiento”.


Así podemos ver por qué nos encontramos a veces con números tan sorprendentes como la estadística de que el 99% de los casos de violencia contra las mujeres no llegan nunca a juicio según el Informe Mujeres al Límite 2017, elaborado por la Coalición Equivalencias en Acción de la cual AVESA forma parte. Una versión actualizada del Informe publicado en 2019 revela que el Estado ha sido bastante consistente en su falta de transparencia, con un punto de interés siendo la falta de congruencia entre las estadísticas de violencia presentadas por las autoridades en comparación con aquellas cifras dadas por organizaciones independientes.


Aun así el equipo de AVESA hizo énfasis en que denunciar por la vía formal es importante y que ellos seguirán promoviendo que las víctimas interpongan sus denuncias de manera oficial. Entre las razones citadas para hacerlo se encuentra el hecho que una denuncia vuelve la situación pública y sirve para establecer precedentes legales. Igualmente, presentar una denuncia es el derecho de cada víctima y acudir ante las autoridades reduce el riesgo de que la víctima o sus conocidos decidan hacer “justicia” por cuenta propia, “lo cual puede desencadenar más acciones de violencia innecesaria y que no solucionan el problema estructural en nuestra sociedad”.


Por supuesto, las condiciones en las que operan estas organizaciones son muy complicadas, lo cual solamente dificulta el acceso de las víctimas a servicios necesarios que no pueden obtener por medio del Estado. El equipo de AVESA se enfrenta a problemas esperados de Venezuela, como cortes de la electricidad, fallas telefónicas e interrupciones en la conexión a internet, todo lo cual debe ser considerado además del difícil acceso a financiamiento y la “ausencia de espacios de articulación y gestión con instituciones del Estado”.


Desafortunadamente, las víctimas y las organizaciones que se dedican a apoyar y protegerlas se enfrentan exactamente a los problemas que esperamos encontrar. Para las víctimas, lidiar con la violencia a la que se han enfrentado siempre será un proceso difícil y a pesar que el contexto nacional de Venezuela pareciera volver todo incluso más complicado, es importante recordar que sí existen personas dispuestas a ayudar. Es importante recordar que nadie está completamente solo, y que hay personas y organizaciones que luchan cada día para asegurar que eso sea así.


Las organizaciones no gubernamentales están atravesando una situación particularmente compleja. El arresto de miembros de Azul Positivo en Zulia en el mes de enero, el allanamiento a la sede y la congelación de las cuentas bancarias de Alimenta la Solidaridad y Caracas Mi Convive en noviembre del 2020 y la emisión de la Providencia N° 001-2021 por parte de la Oficina Nacional Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo que servirá de mecanismo de control son ejemplos claros del gobierno temiendo que sus ciudadanos encuentren ayuda en un lugar distinto a los establecidos por el Estado.


Por estas y muchas otras razones, es importante que conozcamos más sobre estas organizaciones, sobre la ayuda que prestan y sobre los obstáculos que enfrentan. Expandiendo la visibilidad de estas ONGs, y manteniéndonos al tanto del contexto en el cual operan, podemos en turno ayudar a mantenerlas funcionando y asistiendo cada vez más a aquellas personas que las necesitan.



Si necesitas asistencia psicológica o legal puedes ponerte en contacto con la Línea Psicoapoyo por Nosotras: martes a sábado, 8:00am-8:00pm, telf.: 0424-165-9742



Luis Gonzalez es un abogado graduado en la Universidad Católica Andrés Bello (Caracas, Venezuela), actualmente ejerce el derecho en el sector privado y es fundador y co-editor de The Explorer. Puedes encontrarlo en Twitter en @lagm96.




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